jueves, 30 de agosto de 2012

El oscuro pasado de Hugo Boss

Hugo Boss, Heinrich Himmler y el logo de la firma.

Durante la Segunda Guerra Mundial, una de las tantas fábricas alemanas que producían sin cesar por la grandeza de la Alemania nazi estaba ubicada en la localidad de Metzingen, en el estado de Baden-Wurttemberg. En su interior 180 prisioneros de guerra (140 franceses y 40 polacos) eran utilizados como mano de obra esclava para dar rienda suelta a los trabajos forzosos tan habituales por aquel entonces en la mayorías de las factorías de la Alemania del Tercer Reich. No estaban allí por casualidad y el propietario de la empresa, dedicada a la fabricación de prendas de vestir, bien al tanto que estaba de lo que allí sucedía. Los esclavos franceses y polacos trabajaban día y noche en pos de satisfacer las demandas del dueño de la firma, quien era un entusiasta seguidor del partido nazi y que se asociaba de una manera artera a los jerarcas planificadores de la Solución Final y los campos de concentración. Promediaba la guerra y los esclavos seguían entrando y saliendo (muertos) de la fábrica de ropa de la ciudad Metzingen como si nada, pero la asociación ilícita entre el dueño de la fábrica y los jefes de las SS había comenzado un tiempo antes, a finales de 1933.

Aviso de Hugo Boss haciendo referencia a los uniformes nazis en un periódico alemán.


Cuando Heinrich Himmler fue encomendado formalmente por Adolf Hitler para encabezar las tenebrosas SS, el conspícuo jerarca se propuso "hacerla bien" y así las cosas también pensó en la estética de la agrupación, algo que era moneda corriente en la filosofía nazi. El aspecto de los oficiales y reclutas de las SS no debía quedar empañado por nada ni nadie. No era aceptable, según Himmler, que sus oficiales lucieran vetustos y "desagradables" uniformes como los de los SA, de modo que convocó a uno de los más fervientes admiradores y afiliado al partido nazi, un tal Hugo Ferdinand Boss, para que sea el encargado de diseñar y fabricar los llamativos nuevos atuendos destinados al nefasto grupo de "seguridad de Hitler".

De la mente y talento de Hugo Boss surgieron los negros e intimidantes uniformes adornados con detalles en color plata, tan llamativos (y con calaveras incluídas), que lucieron hasta el final los letales SS. Fue Hugo Boss quien los ideó y quien muy orgullosamente los presentó a la plana mayor del nazismo para que se conviertan desde entonces en la imagen viva de la muerte y la intolerancia personificadas. Hugo Boss no sólo fue productor y proveedor oficial de los uniformes del ejército alemán y las SS, sino que además era un convencido nacionalsocialista, con todas las convicciones y con el total conocimiento de las políticas (y en coincidencia absoluta con las mismas) del régimen de terror implantado por Hitler.

Uniformes de las SS.


Hace un tiempo, la marca Hugo Boss, emitió un comunicado expresando su "más profundo pesar hacia aquellos que sufrieron daños durante sus trabajos forzados en la empresa de Hugo Ferdinand Boss bajo el régimen nacionalsocialista". Ojalá haya sido sincero.

martes, 28 de agosto de 2012

Albert Speer y su extraña salvación en Nuremberg

Albert Speer y Adolf Hitler haciendo "su" trabajo.


Los Juicios de Nuremberg realizados entre 1945 y 1946, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, fueron considerados por muchos como el broche de oro aliado y la concreción de justicia más estricta de parte de las naciones que resultaron victoriosas tras la tremenda contienda mundial. Pero no son pocos los que sostienen, aún hoy en día, que en aquellas tediosas y largas jornadas no ha faltado una altísima dosis de farsa...
Una vez juzgados y condenados casi todos los jerarcas nazis implicados en los atroces hechos de la guerra, varias cosas quedaron en claro: Los grandes crímenes perpetrados por las naciones triunfantes no fueron juzgados, Adolf Hitler no fue ni juzgado en ausencia (como en tantos otros casos) ni en rebeldía por supuesto, habilitando la dura sospecha de que se lo estaba protegiendo efectivamente para los días por venir y, finalmente, también quedaba en claro que uno de los más importantes personajes de la historia nazi... era condenado a cumplir prisión por escasos 20 años. Era el "arquitecto de Hitler", Albert Speer.

Albert Speer y Adolf Hitler, una sociedad al servicio de la maquinaria nazi.


Las sesiones previas hacían prever que Speer recibiría la más dura de las penas, como le sucedió a otros camaradas suyos. El propio Speer sostenía que la horca ya se veía venir en su horizonte, pero al llegar el momento de dictar sentencia los jueces aliados dictaminaron que apenas 20 años a la sombra serían más que suficientes... Ni el propio Albert Speer daba crédito a lo sucedido y así las cosas logró salir de su cautiverio y morir muy tranquilo y en libertad en 1981.

Albert Speer juzgado en los Juicios de Nuremberg.


Pero... ¿por qué se salvó Speer? Aquí las respuestas con un viaje hacia atrás en la historia.
Albert Speer se afilió al Partido Nacional Socialista el 1º de marzo de 1931 y más temprano que tarde pasó a formar parte de las SA y luego de las SS. No era precisamente una vida nazi "pasiva" la de Speer y tan ha sido así que además de ser el arquitecto oficial de las grandes y monumentales obras edilicias del Tercer Reich, fue también (nada más y nada menos) el Ministro de Armamento y Municiones de la Alemania nazi.
Pero a pesar de tan temprana afiliación al partido Nazi, la ficha de Speer se "oficializó" recién en 1942 y con ese "error burocrático interno" se le otorgaba el derecho a Speer de decir muy suelto de cuerpo que "no sabía absolutamente nada sobre la política nazi previa a esos años", con lo cual se lavaba a sí mismo de su culpa y responsabilidad en tantos crímenes cometidos. Resulta poco menos que extraño sostener y pensar (además de creer) que Speer nada sabía de las actividades de los nazis, sobre todo en lo que al exterminio en los campos de concentración se refiere, pero ese ha sido su argumento hasta el final... o casi...

Albert Speer en 1981.


Es que prácticamente sobre el final de su vida en 1981, Albert Speer "recordó" que aún tenía en su poder un cúmulo comprometedor de documentos desconocidos de las SS que mostraban a las claras su implicación en primera persona en la construcción del campo de concentración de Auschwitz... Una vez más la "Historia Lado B" al descubierto: Albert Speer lo sabía y estaba al tanto de todo pero, un "cómplice error administrativo" de sus amigos del partido (¿sólo de ellos?), se había encargado de preservarlo por las dudas...

sábado, 25 de agosto de 2012

Unity Mitford: aristocrática británica, nazi por convicción y enamorada de Adolf Hitler

Unity Valkyrie Freeman Mitford.


La historia de Unity Valkyrie Freeman Mitford es una de esas dignas de ser plasmadas en una película, como tantas otras de aquellos lejanos y oscuros días en los que la humanidad comenzaba a quedar bajo la temible sombra del poder nazi en Europa. Nacida el 8 de agosto de 1914 en el seno de una importante familia londinense, Unity Mitford creció en una Europa con olor a putrefacción en la posguerra y comenzó a incorporar por propias convicciones el ideario nacionalsocialista que llegaba tan potente desde la lastimada Alemania, cada día más simpatizante de las radicalizadas e inmorales ideas del partido nazi.
Unity Mitford se convirtió rápidamente en una locuaz y extrovertida vocera de las ideas propugnadas por Adolf Hitler y, como si fuera poco, era hermana de Diana, quien (casualmente) estaba casada con Oswald Mosley, el líder de la Unión Británica Fascista y fiel defensor del programa nazi. Sin embargo había otro parentesco muy sugestivo: Unity era prima de una tal Clementine Hozier, esposa de Winston Churchill...

Con apenas 19 años de edad (en 1933) por invitación de Winifred Wagner, viaja a Alemania y las vueltas del destino quieren (y ella también) que asista a una multitudinaria reunión en la que su admirado Adolf Hitler era el principal orador. El encantamiento fue instanténeo y ya para 1935 el "esperado" encuentro entre Unity y Hitler se concretaba. Dice la leyenda que Hitler estaba subido a una tarima vomitando uno de sus tantos enradecidos discursos cuando de repente la vio ingresar, detuvo su alocución y la invitó a sentarse cerca del estrado, para luego proseguir (como si nada) con sus lastimosas palabras. Todo indicaba que el flechazo había sido mutuo, a pesar de la mentirosa propaganda nazi que elogiaba las virtudes "cuasi célibes" del Führer alemán para mostrarlo ante el mundo entero como un ser entregado 101% a la causa de su nación y su partido. No era tan así, a Hitler también le gustaban las mujeres y muchas han sido las que han formado parte de su séquito. Pero Unity llamaba mucho la atención y los paseos que Hitler daba con ella por los alrededores de Berchtesgaden, no dejaban de ser comentario de los inescrupulosos nazis que los observaban. Los encuentros con Hitler nada tenían que ver con el amor físico, sino que se enmarcaba más en un amor platónico del que ambos disfrutaban, cosa que ha quedado demostrado a través de la nutrida correspondencia que se cruzaban. La diferencia de edad jugaba un papel nada importante en esa relación ya que por aquellos años, era habitual que hombres grandes contrajeran matrimonio con mujeres mucho menores. Hitler llamaba a Unity "mi pequeña" y en sus cartas le contaba el placer que le daba recibir noticias suyas.

Hitler junto a Unity Mitford. La británica entres su amigos nazis. En un acto del "partido".


Esta mujer llegó a ser reconocida en el círculo íntimo de Hitler (al cual perteneció desde el principio de su llegada a Alemania) como "más nazi que los nazis" y tal es así que se sabe que en una oportunidad cuando Unity saludó al Cónsul General Británico en Munich levantando su brazo derecho, éste le retiró inmediatamente el pasaporte británico. Corría el año 1936... y después de todo ese "rechazo oficial inglés" era algo que "quedaba bien" desde el ambivalente pensamiento británico sobre las ideas de Hitler que tanto "habían prendido" en la isla británica...
La "fiesta" nazi y el desestructurado estilo de vida para Unity Mitford siguieron viento en popa hasta que en 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial. Bajo determinadas circunstancias y vaya uno a saber por pedido de quién, la aristócrata británica fue "invitada a dejar Alemania" cuando Gran Bretaña le declaró la guerra a la Alemania nazi, por lo cual Unity redactó una fogosa carta de despedida a Hitler y tomó la determinación de dispararse un tiro en la cabeza mientras recorría el "Englischen Garten" (Jardín Inglés) en la ciudad de Munich. Dicen algunos que la depresión por no poder seguir al lado de su "amado" Führer habría sido el factor determinante para aquella extrema decisión...

Llegada de Unity Mitford a Inglaterra tras su intento de suicidio.


Unity no murió y quedó gravemente herida con tremendos daños cerebrales y, tras permanecer internada (por pedido de Hitler) en la Clínica Nussbaumstrasse, fue trasladada de inmediato a Inglaterra (previo paso por Suiza), lugar al que llegó en camilla (ver fotos) y con la bala todavía alojada en su cráneo, cosa que fue así hasta el final de sus días el 28 de Mayo de 1948 en la ciudad de Oban, en Escocia,  como consecuencia de una meningitis a la temprana edad de 33 años.
La historia de Unity Mitford es una de las tantas que quedaron registradas para dar por tierra con aquel mito de que a Hitler no le interesaban las mujeres y para confirmar una vez más el alto grado de simpatía que imperaba por aquellos años dentro de la aristocrática (no exclusivamente) sociedad británica, la cual veía con "tan buenos ojos" la propuesta de Hitler. Pero claro, eso queda en el Lado B, la historia "oficial" se ha contado siempre de otra manera.

domingo, 19 de agosto de 2012

La masacre de Tiananmen: Cuando las potencias occidentales priorizaron los negocios a los reclamos de libertad y democracia


La historia del mundo está plagada de episodios en los que sistemáticamente se nos dice algo, mientras que en realidad se nos dice otra cosa. Ahí es donde aparecen esas historias lado B que desnudan de la manera más cruel y (a veces) inesperada lo que los líderes mundiales desean en realidad. Del siglo XX, muchas han sido las imágenes que nos han quedado en la retina y en la memoria como verdaderos mojones de la historia. Son muchos aquellos instantes y hechos que dieron la sensación de detener el tiempo y conservarse para siempre de un modo impactante.
Dentro de esos hechos históricos ocupa un lugar preponderante lo sucedido en China entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989. No son pocos quienes aún recordamos con estremecimiento aquella imagen de un joven estudiante parado ante el paso de un tanque de guerra en la Plaza de Tiananmen. Casi como un auténtico ícono de aquellos tiempos, esa imagen resulta a esta altura, sencillamente imborrable para toda la eternidad. Pero... ¿qué sucedió realmente por aquellos días en China? ¿cuál es la verdad tras los sangrientos sucesos acaecidos en la gigantesca Plaza de Tiananmen? y finalmente... algo que resultará vital a la hora de saber la verdad y tratar de entender lo sucedido realmente: ¿Cuál ha sido el discurso oficial de las grandes potencias occidentales ante tan significativo hecho y qué es lo que han hecho en realidad?

Para comenzar será bueno recordar que los lamentables hechos sucedidos en la Plaza de Tiananmen, en Pekín, también son conocidos como la "masacre" de Tiananmen y esa descripción, es ya en sí misma, una pintura muy acabada de lo sucedido.
Los chinos ya habían tenido demasiado por aquel entonces. Cada discurso de Mao (muerto hacía rato...) aún resonaba en los oídos de todos y cada uno de los maltratados chinos. Las palabras del "liberador" de la milenaria China desde los años '50 resultaba muy "romántico" pero las contradicciones del discurso oficial comunista de China se hacían evidentes a la hora de darle bienestar a los por entonces más de 1.000 millones de chinos. Las protestas no eran lo habitual en una China dictatorial y dura hasta límites inimaginables, pero ya habían tenido algunos intentos de reclamos, los cuales fueron rápidamente sofocados y no precisamente utilizando "la palabra" para disuadir a los manifestantes. Pero lo de la Plaza de Tiananmen fue demasiado lejos.



Los estudiantes comenzaron a organizarse primero tibiamente, a escondidas, como podían y luego la protesta se exteriorizó hasta llegar a Tiananmen y "copar la parada" en ese lugar "sagrado" para el régimen comunista chino, con su capacidad para 1 millón de manifestantes. Claro que esos "manifestantes" eran aceptados siempre y cuando apoyaran al régimen imperante... caso que no era precisamente el de los estudiantes... Y no sólo los estudiantes protestaron y se manifestaron. Los trabajadores comunes también se unieron a la causa, sosteniendo que las "reformas económicas" había ido demasiado lejos y que el hambre, la miseria generalizada, la tremenda corrupción oficial y (no menos importante) la falta de libertades y la represión resultaban un combo inaceptable. Los pedidos de democracia comenzaron a hacerse escuchar y en eso han jugado un papel totalmente desencadenante las grandes potencias "democráticas" occidentales...



Desde hacía mucho tiempo las autoridades chinas venían siguiendo y monitoreando al movimiento estudiantil que planificaba las protestas y los reclamos. Pero no eran los únicos que observaban a los manifestantes... Desde el otro lado del mundo, en los Estados Unidos, George Bush (padre) estaba siendo elegido como nuevo presidente de su país y miraba con particular devoción lo que sucedía en China. Bush ya había estado en China en los '70 como funcionario y, como todo hombre de poder en Estados Unidos, tenía además intereses económicos en el gigante asiático. Es más: Estados Unidos todo tenía enormes intereses económicos en China, país con el que habían comenzado a entablar muchísimas transacciones comerciales muchas veces millonarias desde hacía rato. A los ingleses les sucedía lo mismo y a otras potencias, igual. Los lazos comerciales y la férrea relación comercial de China con todas esas potencias occidentales y "democráticas" hacía que los reclamos de libertad y democracia pasaran, definitivamente, a segundo o tercer plano dentro de las prioridades. El dilema de las potencias occidentales en realidad no era tal: ¿las protestas estudiantiles de la Plaza de Tiananmen podrían poner en peligro la continuidad de un régimen dictatorial y opresor y con eso la continuidad al mismo tiempo de todas y cada una de las transacciones comerciales millonarias de las que se beneficiaban esos países? La respuesta no se hizo esperar: George Bush se encargó de avisarles a sus agentes de la CIA y a todos quienes tuvieran algo que ver, que las protestas de los estudiantes en la Plaza de Tiananmen no deberían llegar a buen puerto... por lo tanto, los estudiantes pasaron a estar absolutamente solos en el mundo y su reclamo totalmente entendible y más que justificado pasó a ser "un grano en el trasero" de las potencias ocidentales. El gobierno chino recibió muy clarito el mensaje: vía libre para actuar de acuerdo a su criterio y necesidades. Una tibia división se insinuó en el Politburó chino por entonces, tras la cual todo decantó hacia lo previsible: la feroz represión oficial china ante la "vista gorda" de Estados Unidos, Gran Bretaña y sus socios europeos con grandes lazos comerciales con China.



Luego, lo previsible: se decretó la Ley Marcial el 20 de mayo de 1989 y el 3 de junio se enviaron las tropas destinadas a la sangrienta represión. El número de muertos varía  según la fuente. La CIA norteamericana habló vagamente de entre 400 y 800 estudiantes  fallecidos, mientras que los más confiables de la Cruz Roja China dieron cuenta de 2.600 muertos. Tras los hechos, el gobierno se encargó de encarcelar a miles de estudiantes (la idea era no sólo matarlos, sino también asustarlos y la cárcel era un buen medio para hacerlo y "aleccionar" a los demás...) y también expulsó a toda la prensa extranjera.
Pero... ¿y las potencias "democráticas" occidentales de Estados Unidos y Europa? muy simple... lo "políticamente correcto" fue esgrimir algunas condenas desde la formalidad, pero por lo bajo disfrutaron por la continuidad de un régimen que si bien estaba en las antípodas ideológicas, era su nuevo gran socio comercial...

Hoy, a tanto tiempo de aquella sangrienta represión bajo la mirada cómplice de Estados Unidos y sus socios, se mantiene un embargo sobre la compra de armas sobre China, una medida decididamente enmarcada en "el qué dirán..." y como para hacer de cuenta que las naciones democráticas se sintieron afectadas ante tan flagrante ofensa a las libertades individuales chinas...
Después de todo, más vale priorizar la provisión adecuada de microcomponentes, equipos electrónicos y muñequitos de Disney producidos por mano de obra barata antes que salvar la vida de más de 1.000 millones de chinos rehenes...

miércoles, 15 de agosto de 2012

Ernst Hess: el soldado judío alemán "protegido" por Hitler


La historia de Ernst Hess es una de aquellas que no dejan de llamar la atención y sorprender entre las tantas que se han contado de los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial. En realidad para hablar de este jurista y su particular historia debemos remontarnos a los lejanos días de la "Gran Guerra", la Primera Guerra Mundial. Adolf Hitler era un cabo que no destacaba mayormente del resto de sus compañeros en el ejército alemán. Sus acciones en el campo de batalla no pasarían a la historia (lamentablemente, un tiempo después... sí) y sus camaradas lo recordarían durante largo tiempo como un hombre recluído en sí mismo, taciturno y muy poco propenso a entablar amistad con los demás. Sin embargo había un compañero de combate que solía tratar con el cabo alemán de un modo diferente y así las cosas cuando pasaron los años y el recuerdo de la guerra se iba diluyendo para muchos, Hitler se hizo con el poder total de Alemania para tratar de revertir (según su tenebrosa mirada) la historia.

Hablar sobre el odio de Hitler y de todo los nazis contra los judíos es algo obvio y ciertamente lamentable, pero lo que no es obvio es pensar que alguna vez Hitler pudiera haber tenido ciertos miramientos hacia alguien que profesara esa religión. De hecho los tuvo (muy a su manera, claro) y este caso no ha sido el primero ni el único. Allí están los ejemplos de Klaus Haushofer, el cerebro de la geopolítica y de las ideas base del nazismo, quien era según la idealogía nacional socialista "medio judío" y quien pudo manetener durante mucho tiempo buena relación con el tirano alemán y también el caso del médico personal de la madre de Hitler. En ambos casos, la "convivencia" con Hitler fue posible durante un tiempo a pesar de las radicales y extremas ideas del Führer alemán, por todos tristemente conocidas.

El caso de Ernst Hess es algo diferente al de los otros nombrados. Cuando Hitler llegó al poder recordó de inmediato a aquel compañero (y posteriormente jefe de su compañía) que durante los días de la Primera Guerra Mundial supo ser su fiel ladero y buena amistad. Hess era tal vez uno de los pocos que lograban comunicarse real y verdaderamente con el futuro dictador de Alemania. No eran muchos los que podían decir con certeza que conocían al Hitler de aquellos días. Ernst Hess, sí que podía asegurarlo.



Una vez encumbrado Hitler se encargó personalmente en 1940 de hacerle saber al nefasto jefe de las SS, Heinrich Himmler, sus deseos de que "dejaran tranquilo" a Ernst Hess, para el que pedía miramientos y trato especial de parte de los jerarcas que llevaban adelante la terrible política anti judía del régimen. Todo se resumió en una carta (ver una de las fotos) que ha sido descubierta recientemente en la cual, con pedido de Himmler incluído, se dejaban en claro los "deseos" de Hitler de proteger a su viejo conocido Hess.
A Hess se le reconocía por entonces como judío con cuatro abuelos judíos, motivo más que suficiente de acuerdo a la nefasta ideología nazi para eliminarlo, pero sin embargo Hitler se encargó de solicitar "benevolencia " y el derecho a gozar de un trato especial en los turbulentos días que vivían...

Pero finalmente la historia no resultó tan distinta. La protección del bestial Hitler duró poco, tan sólo entre agosto y la primavera de 1941, para que después de eso Ernst Hess culmine tristemente internado en el campo de concentración de Milbertshofen, ubicado en las cercanías de Munich. Nunca se supo de él y tampoco nunca se supo el por qué del repentino cambio de idea de Hitler (tal vez explicárselo, sería entenderlo. Mejor seguir sin comprender la mente de este tremendo tirano). De un burro sólo se puede esperar una patada...

La carta con solicitud de trato especial para Hess fue encontrada por la historiadora alemana Susanne Mauss, mientras preparaba una exposición llamada "Abogados sin derecho" referida precisamente a los problemas de los abogados de origen judío en el distrito de Dusseldorf.

jueves, 9 de agosto de 2012

El General retirado Wesley Clark desnuda el plan de Estados Unidos para invadir siete países culminando con Irán

El excelente programa "Dossier" emitido por la Televisión Venezolana a través de Telesur, ha mostrado un muy interesante informe el 30 de Agosto de 2011 (sí, 2011) en el que el General norteamericano en retiro Wesley Clark pone blanco sobre negro los planes (ya establecidos hace mucho tiempo) de los Estados Unidos y su idea para invadir siete países comenzando en Afganistán e Iraq (ya concretado) y culminando con... Siria e Irán.
Cualquier situación parecida a lo que vivimos y se comenta en los días que corren, Agosto de 2012, es pura casualidad...
Mirá el video. Todo dicho.


Coca-Cola, sponsor de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936


Los juegos olímpicos realizados en Berlín, Alemania, en 1936 depararon muchas sorpresas... y no hablamos puntualmente de sorpresas en lo deportivo, sino en lo que hace al apoyo que más de una empresa brindó al evento que no era otra cosa más que propaganda nazi en su máxima expresión.
Entre las empresas que brindaron su incondicional apoyo a los juegos y a toda la maquinaria nacional socialista puesta en marcha estaba ni más ni menos que Coca-Cola... la empresa que es sin dudas uno de los símbolos inequívocos de los Estados Unidos de América.

Los afiches de aquella época resultarán más que elocuentes, pero uno de ellos (en la primera foto de este post) se destaca por sobre el resto dado el mensaje: "Ein Volk, ein Reich, ein Getrank. Coke ist es Coca-Cola" (Un Pueblo, un Reich, una bebida. Coke es Coca-Cola). Tampoco faltaron los afiches apoyando a los deportistas "arios" y el incipiente (y vomitivo) merchandise...Compenetración total entre la empresa y un estado nazi fascista, dominador como pocos ha habido en la historia.Todo dicho.