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domingo, 3 de marzo de 2013

Hermine Speier: una mujer laica, investigadora, alemana y judía en el Vaticano

Hermine Speier


Desde hace siglos se insiste (y no sin motivos) con las críticas hacia la Iglesia Católica Apostólica Romana por el rol que históricamente le ha asignado a la mujer. Sin ir más lejos, no son pocos quienes intentan lograr que se abran las puertas de par en par para que las muejres pueden ejercer efectivamente el sacerdocio en los diferentes niveles de la Iglesia. No viene al caso debatir en este espacio sobre la doctrina de la Iglesia y sobre su funcionamiento como una institución que es a la vez de moral, también política. Sea por lo que sea, la Iglesia no ha dado lugar a la mujer durante mucho tiempo y eso incluye también a quienes trabajan (o pretendían hacerlo) en la sede rom,ana de la Iglesia.
Sin embargo hubo una primera vez, aunque tardía, en que hubo lugar para una mujer (como trabajadora) en el Vaticano.  Hubo una primera mujer en ser aceptada para traspasar uno de los portales laterales de la ciudad del Vaticano para poder trabajar paredes adentro en el país más pequeño (y uno de los más poderosos) del mundo. Desde los lejanos días en los que Pedro tomó la posta de Jesús de Nazareth y se convirtió en cabeza terrenal de la Iglesia, debieron pasar tantísimos años, miles de años, para que finalmente Hermine Speier pueda ingresar al Vaticano como la primera empleada mujer en siglos...

Hermine Speier era arqueóloga y su tarea en la Santa Sede fue la de encargarse de ordenar el archivo fotográfico de los Museos Vaticanos. Corría el año 1934 y el Papa Pío XI conducía al rebaño cristiano en tiempos difíciles, llevando la barca por aguas turbulentas. Lo curioso del caso de Hermine Speier es que no era religiosa, condición indispensable para poder trabajar por aquel entonces en la sede de la Iglesia en Roma. Ella era una laica, una investigadora, ubicada hipotéticamente muy lejos de la "sin razón" de la fe. Tampoco era italiana, otra condición que por lo general no se podía evitar si se quería ganar el pan de cada día en el Vaticano. Hermine era alemana, nacida el 28 de Mayo de 1898 en Frankfurt. Pero había algo más... es que Hermine Speier tampoco profesaba la religión Católica Apostólica Romana: Ella era judía.


 Hermine Speier


Durante el Pontificado del Papa Pío XI esta mujer pudo recalar en las oficinas vaticanas siendo no pocas veces objeto de las más comprensible curiosidad de parte de la curia del Vaticano. Laica, investigadora, alemana y judía: todo chocaba de frente contra las costumbres milenarias de la Iglesia y su negación a la apertura y la modernidad. Un buen día hasta el mismísimo Papa Pío XI se sintió intrigado por la presencia de aquella mujer (tan interesante y capaz) en la Santa Sede y así las cosas le preguntó a uno de sus colaboradores más cercanos sobre la religión que profesaba Hermine. Cuando el assistente le respondió que Hermine era judía, el Pontífice dijo: "Una razón más para contratarla..."

Hermine Speier vivió dentro de las paredes del Vaticano desde 1934 y allí atravesó días complicados como los de la Segunda Guerra Mundial bajo las órdenes del controvertido Papa Pío XII. Cumplió sus funciones en la Santa Sede hasta el año 1967 (bajo las órdenes del Papa Paulo VI). A lo largo de los años que pasó trabajando en el Vaticano Hermine se fue acercando paulatinamente a la fe cristina, a la cual finalmente se convirtió. La conversión al catolicismo le valió a Hermine la incomprensión y desaprobación de toda su familia, con la cual rompió lazos definitivamente. Hermine falleció el 12 de Enero de 1989 en la ciudad de Montreaux y su cuerpo se encuentra enterrado en el Campo Santo Teutónico, dentro de los límites del Estado Vaticano, justo al lado de la Basílica de San Pedro.


 Tumba de Hermine Speier en el Vaticano. Museos Vaticanos. Papa Pío XI.


Hoy, mirando hacia atrás, podemos ver que esa mujer fue la primera en ingresar a trabajar al Vaticano, siglos después de la instauración de la Iglesia en esta Tierra. Aquella solitaria y particular presencia fue finalmente la punta de lanza para otras mujeres que a partir de entonces pudieron desarrollar funciones dentrro de los límites del Estado Vaticano. Hermine Speier, laica, investigadora, alemana y judía era poseedora de una personalidad y una capacidad que no le permitían detenerse en prejuicios inútiles y miedos paralizadores. Una pintoresca y valiente pionera de los derechos de la mujer en un ámbito machista, amigo en muchas ocasiones de lo antinatural, de la fe ciega, la sin razón y decididamente hostíl a una vida compartida entre hombres y mujeres.